Por Camila Cereghetti Carvalho
Introducción
Uno de los principales focos del crimen organizado en Latinoamérica es el narcotráfico, actividad ilícita que deja las mayores ganancias para las organizaciones criminales. En este informe nos dedicaremos a conocer cuáles son los mayores productores de droga en la región – con foco en la producción de cannabis y cocaína -; en dónde producen las sustancias; cuáles son las rutas por las cuales dichas sustancias llegan al territorio argentino, y cómo luego entran al continente europeo.
Los productores de droga en Latinoamérica
En este informe nos vamos a enfocar en las dos drogas de mayor consumo en la región: la cocaína y el cannabis.
Por parte de la cocaína, en nuestra región se encuentran los únicos tres productores de hoja de coca en todo el mundo: Colombia, Perú y Bolivia. Solo Colombia es responsable por el 70% de la producción mundial, mientras que Perú se encarga del 20%, y Bolivia del 10% restante (RTVE.es / EFE, 2019).
En Venezuela, desde la llegada de Nicolás Maduro a la presidencia, el tráfico de cocaína en el país ha experimentado cambios. En la actualidad, Venezuela corre el riesgo de convertirse en el cuarto productor global de cocaína. El régimen de Maduro se ha posicionado como custodio del tráfico de drogas en el país, ejerciendo control sobre el acceso a los ingentes ingresos de la cocaína, no sólo para los narcotraficantes, sino también para los políticos corruptos y la red de tráfico infiltrada en el ejército, conocida como el “Cartel de los Soles” (InSight Crime, 2022).
Hablando del cannabis, la producción se encuentra concentrada en algunos países. Colombia, México y Paraguay son los principales productores de la región, mientras que Argentina, Ecuador, Brasil, Uruguay, Chile, y Costa Rica tienen una producción menor o media, que sirve principalmente para abastecer el mercado interno. En el caso de Bolivia y Perú, tienen pequeñas producciones de cannabis para satisfacer la demanda local (Correa et al., 2019).
Como una mención especial, Paraguay es el principal productor de cannabis en Sudamérica con entre 6.000 y 7.000 hectáreas cultivadas. Además, varios países de Sudamérica son de tránsito del cannabis paraguayo. Algunas estimaciones apuntan a que, en ciertos países sudamericanos, como Brasil, 80% de la marihuana importada proviene de Paraguay. Países como Chile y Argentina también abastecen su demanda principalmente con marihuana paraguaya, al no contar con suficiente producción nacional (Correa et al., 2019).
¿En cuáles zonas de los países se produce la hoja de coca?
Colombia. Como mencionamos, el país se encarga del 70% de la producción mundial de hoja de coca. Los datos del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI) de la ONU muestran que de los 20 departamentos del país registrados con coca en el 2020, cinco concentran el 84% del área total con coca. Los departamentos son: el Norte de Santander, fronterizo con Venezuela; Nariño, fronterizo con Ecuador y con salida al Pacífico; Putumayo, en límites con Perú y Ecuador; Cauca, con salida al Pacífico; y Antioquia, con salida al Mar Caribe, pero igualmente con rutas hacia el Pacífico y el este del país (Carranza Jimenez, 2021).
Perú. Perú es el segundo productor y cultivador de hoja de coca en el mundo. Según datos del Sistema de Información de Lucha Contra la Drogas del gobierno peruano, las zonas con mayor producción estimada de hoja de coca durante el 2020 han sido el VRAEM, Inambari–Tambopata, La Convención–Lares y Huallaga que, en conjunto, suman el 87 % de la producción nacional (ver Anexo I).
Bolivia. La producción de hoja de coca está concentrada en tres regiones: los Yungas de La Paz, Norte de La Paz y del Trópico de Cochabamba. El área monitoreada en 2020 en la región de los Yungas de La Paz abarca parte de 19 municipios en 7 provincias. Esta región concentra el 62% de la superficie de cultivo de coca. La región del Trópico de Cochabamba abarca parte de 17 municipios en 8 provincias. Esta región concentra el 36% de la superficie del cultivo de coca. La región del Norte de La Paz abarca parte de 8 municipios en 5 provincias. La región concentra solo el 2% de la superficie del cultivo de coca (Oficina de Las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, 2021).
Venezuela. Como mencionamos anteriormente, este país se está posicionando cada vez más a ser el cuarto productor de hoja de coca en la región. Su producción se realiza en los municipios de Machiques de Perijá, Jesús María Semprún, Catatumbo, Rómulo Gallegos y Pedro Camejo (ver Anexo II) (InSight Crime, 2022).
¿En cuáles zonas de los países se produce cannabis?
Es muy común que la producción de cannabis se concentre en zonas rurales remotas de los países, donde el Estado tiene una presencia escasa en términos de prestación de servicios (Correa et al., 2019).
Paraguay. Este país es el mayor productor de cannabis de sudamérica, y su producción se concentra en Amambay, Canindeyú; estas dos son las zonas que concentran aproximadamente un 95% de la producción de cannabis en el país. Después, le siguen departamentos como la de Misiones, Ñeembucú, Alto Paraná, Concepción, San Pedro, Caaguazú e Itapúa – ésta última como la región de menor producción (Carneri, 2020).
México. La producción en este país se concentra en zonas rurales de estados del noroccidente del país. La producción de cannabis se encuentra concentrada en estados como Sinaloa, Chihuahua, Durango, Guerrero y, en menor escala, Sonora, Nayarit o Michoacán (Bureau of International Narcotics and Law Enforcement Affairs, 2017).
Colombia. El cultivo de cannabis se concentra en zonas rurales, geográficamente estratégicas y con población marginada. En el norte del departamento del Cauca, existen cultivos en la zona montañosa de la región y en zonas con población mayoritariamente indígena. A pesar de que el Estado colombiano no cuenta con metodologías uniformes para estimar el área sembrada con marihuana en el país, las autoridades policiales del país reportan que el cannabis colombiano abastece el mercado interno y es exportado a Centro y Sur América. De igual forma, la UNODC estimó que entre 2010 y 2015, Colombia, junto con Paraguay y Jamaica, eran los principales abastecedores de cannabis de América del Sur (Correa et al., 2019).
Perú. La siembra de cannabis en ese país se concentra en los departamentos de Piura, Ancash, Lima, Junín y Huánuco, todos en la ladera occidental de los Andes, donde es frecuente que el cultivo se realice en predios alquilados, de entre una y cuatro hectáreas de extensión, alejados de vías de comunicación, pero con mano de obra campesina (Correa et al., 2019).
Argentina ¿cómo llega la droga al país?
Para entender cómo llega la droga a la Argentina, debemos entender su proceso desde su cultivo hasta la venta. En primer lugar, se comienza con los productores que cultivan la hoja de coca o el cannabis. Estos obreros o campesinos son los que menos ganan en la cadena del narcotráfico. Luego, está la producción. En el caso de la hoja de coca, los químicos son los que se encargan de convertir la pasta base o las hojas de coca en clorhidrato de cocaína. Una vez terminado esto, se encuentra la parte logística y de transporte de los productos. Esta parte es en donde se toman los mayores riesgos; los transportistas son los que, generalmente, caen detenidos. Luego nos encontramos con una fase final de distribución y venta (Gallotta, 2022).
En el caso del cannabis y la cocaína, estamos hablando de un tráfico interregional, es decir, un mercado donde el tráfico ocurre en la misma región donde se produce (Correa et al., 2019). A continuación, hablamos específicamente de cada caso.
Cocaína
Para esta sección nos basamos en la nota periodística especial de Clarín, redactada por Nahuel Gallota, la cual se titula: “Los ejecutivos de la cocaína: quiénes son y cuál es la nueva ruta” (2022).
La ruta histórica de la cocaína que entra a Argentina es de Bolivia, y tiene a Orán, Metán o Tartagal (provincia de Salta) en el kilómetro cero. Pero hace años – aproximadamente 10 años – se consolida una nueva ruta: «la paraguaya». Es una triangulación: Bolivia-Paraguay-Argentina, con Santiago del Estero y Chaco como lugar de recepción.
La ruta comienza en la zona de Vraum (Perú). La pasta base es exportada por lo que se llaman “narcovuelos”, los cuales se basan en la utilización de avionetas por parte de los clanes. El 95% de los narcovuelos tienen como destino Bolivia, al cual envían generalmente pasta base de cocaína.
Si bien Bolivia es otro de los tres productores de cocaína en el mundo, los narcos del departamento de Beni y Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) encargan kilos de pasta base peruana, por su bajo costo. A partir de ahí, hacen la “refinanciación”, que es el paso que encarece el producto: en sus cocinas convierten la pasta base en cocaína. Desde esas ciudades generalmente parten 30 narcovuelos diarios, de 500 kilos cada uno.
Las organizaciones bolivianas cruzan los cargamentos al Chaco paraguayo y lo venden. Tienen como clientes tanto brasileños como paraguayos. Los últimos se dedican a cargar sus avionetas y viajar hacia el sur del país, con destino a ciudades como Encarnación, Itapúa, Caazapá, entre otros. Se trata, en varios casos, de grupos que se dedicaban el envío de marihuana a Argentina, y hoy hacen lo mismo, pero con la cocaína, ya que con este producto ganan mucho más dinero.
En esas ciudades del sur de Paraguay no hay hangares de avionetas. Solo se limitan a “lanzar” la mercadería y regresar al Chaco paraguayo o Asunción; o aterrizan, son reabastecidos y vuelven (para ver todo el recorrido en un mapa ir al Anexo III).
Luego, es el turno de las organizaciones argentinas que le compran los cargamentos a sus pares paraguayos. Las organizaciones argentinas consiguen los campos y los changarines, que descargan la cocaína y la transportan hasta galpones, que ellos mismos alquilan. Después preparan los autos y camiones que usarán los transportistas, para mover la carga hasta Buenos Aires, ciudad que es generalmente el destino del cargamento cuando se desea enviar cocaína a Europa. Algunos de los puntos de entrada al país que podemos nombrar son Formosa, Chaco, Corrientes o Misiones.
Dentro de Argentina, la ruta 34 es conocida como “la ruta de la cocaína”. Hay organizaciones que prefieren rutas con menos controles. En algunos trayectos se desvían a caminos alternativos, de tierra, pasando por pueblos custodiados por comisarías. Un viaje a Buenos Aires puede llevarles 7 a 10 días. Si hay controles, entran al pueblo más cercano y esperan que se levante el control (ver Anexo IV).
Para entrar a la Argentina desde Bolivia podemos nombrar diferentes puntos de acceso por Salta. Más específicamente, podemos nombrar la localidad de Aguas Blancas, sobre el cauce del Río Bermejo. Por esa entrada llega gran parte de la cocaína que se consume en el país, o que posteriormente se va a África o Europa. Del otro cauce del Río Bermejo está la ciudad de Bermejo (Bolivia). Para cruzar a la ciudad solo hace falta pequeños gomones o barcazas, que cruzan a la gente en apenas cuatro minutos. Ante la falta de fiscalización y control del flujo de gente y carga, se hace fácil el tráfico de drogas. La ruta nacional 50, que une Aguas Blancas con Orán, es el camino por donde se traslada toda la carga que entra en forma ilegal a la Argentina de contrabando (Cabot & Corbalán, 2021).
No muy lejos de Aguas Blancas, también hay otros pasos importantes para el narcotráfico: el Hito 1, una frontera seca con Bolivia donde hay un paso binacional. Constantemente gendarmería patrulla en busca de narcotraficantes. También está el Puente Internacional Misión La Paz. Sobre el río Pilcomayo está el puente para pasar a Paraguay. Esta es otra zona tripartita, ya que a poco de andar está el límite con Bolivia (ver Anexo V).
Cannabis
Paraguay es uno de los mayores productores de cannabis de la región. El cannabis de esta región abastece a varios países de la región. Argentina tiene una pequeña producción de cannabis, pero gran parte de lo que se consume proviene de Paraguay (Correa et al., 2019).
Existen diferentes rutas de tránsito para la marihuana paraguaya en la Argentina. Las principales rutas de ingreso se ubican en el noreste del país, en las provincias de Corrientes, Misiones, Formosa, Jujuy, Salta y Chaco, y descienden hasta llegar a ciudades como Buenos Aires (Klipphan, 2022).
Hablando en específico de las formas de ingreso a la Argentina, podemos mencionar algunas: por una ruta terrestre en camiones vía las provincias del norte argentino; o mediante una ruta fluvial. En este último caso, podemos identificar el comienzo del trayecto del cannabis en la ciudad de Salto de Guairá en Paraguay, ciudad donde inicia la afluencia del Río Paraná, hasta conectar con la Triple Frontera entre Paraguay, Argentina y Brasil. Allí se encuentran varios depósitos de cannabis, los cuales después transportan el producto en embarcaciones. El triángulo de la Triple Frontera es una zona de conexión entre la producción y el tráfico del cannabis por vía fluvial (Ver Anexo VI) (Centro Internacional de Investigación y Análisis Contra Narcotráfico Marítimo, 2020).
Como explicamos en el apartado anterior, otra forma de que llegue la droga al país es por la Hidrovía. La Hidrovía es usada ampliamente por organizaciones criminales para trasladar droga, por ejemplo, desde los puertos del sur de Paraguay hasta los puertos de Sante Fe o Buenos Aires. Para el tráfico de cantidades menores de estupefacientes como el cannabis, también existe el recurso de tráfico hormiga por el agua en áreas limítrofes. A Formosa y Corrientes se cruza desde Paraguay en canoas y lanchas rápidas (Romano & Fernández, 2021).
Algo que vale la pena mencionar es que, como mencionamos antes, cada vez más Paraguay se está orientando hacia la red de tráfico de cocaína, ya que es un producto que genera mayores ganancias. Si comparamos: un kilo de marihuana paraguayo en Rosario, Argentina, se cotiza a 150 dólares; mientras que un kilo de cocaína en la misma ciudad se cotiza a 2.500 dólares (Gallotta, 2022). Otra razón por lo cual Paraguay se está alejando del mercado del cannabis es que, cada vez más aumentan operaciones contra productores de marihuana, y también endurecen las medidas en la Triple Frontera, donde se aumenta el número de incautaciones de drogas (Florez, 2022).
Ya hablamos de cómo llega el cannabis a la Argentina. Ahora bien, ¿qué ocurre cuándo llega? En el país hay, más que cárteles, clanes o familias narco que, al menos por ahora, fueron remisas a asociarse con las grandes bandas internacionales. Estos clanes son los que, cuando llega el cannabis al país, luego lo distribuyen. Por nombrar algunas organizaciones nacionales, tenemos a Los Monos y Primer Comenda de Frontera (Klipphan, 2022).
Europa y África: el último tramo del narcotráfico
Ya hablamos de cómo llega el cannabis y la cocaína a la Argentina. Ahora bien ¿qué ocurre si el destino final es Europa o África? En el caso que el cargamento llegue a la ciudad de Buenos Aires, la droga sigue el viaje hasta contenedores en el puerto de la ciudad. Los estupefacientes pueden ser introducidos por el personal del puerto o los mismos narcos. Esto lo hacen mezclando mercadería de exportadores junto con, lo que pueden llegar a ser, cientos o miles de kilos de droga. Esta situación se denomina “la salida” (Gallotta, 2022).
Los estupefacientes tienen otra forma de llegar a Europa o África, sin necesidad de pasar por el puerto de Buenos Aires. Teniendo en cuenta el Anexo VII, podemos notar que también el cargamento que va de Bolivia a Paraguay puede ir directamente a los puertos del último país, y de allí salir en barco en la Hidrovía (que tiene 3.442 kilómetros de extensión). Un ejemplo de esta situación se detectó en febrero del 2021, cuando en el puerto de Amberes y Hamburgo las autoridades secuestraron tres cargamentos que contenían un total de 27 toneladas de cocaína (Romano & Fernández, 2021).
Cabe mencionar que estas situaciones se dan por la falta de fiscalización que hay en la Hidrovía. El acuerdo de transporte fluvial firmado en 1994 permite la falta de controles de las barcazas por los países que conforman la Hidrovía (Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay). Esto es teniendo en cuenta que, solo entre los meses de febrero y julio, navegan alrededor de 300 barcazas por día en la Hidrovía. Por lo cual, para evitar el tráfico fluvial, las revisiones son en los puertos de salida (Romano & Fernández, 2021).
Una vez en Europa o África, está “la llegada” de la cocaína a los puertos. Algunos de los puertos más comunes, por ejemplo, en España, son los de Valencia o Barcelona; en África, podemos hablar del puerto de Abiyán, en Costa de Marfil. Los contactos de las bandas criminales se encargan de que ciertos empleados portuarios abran los contenedores “contaminados” (ver Anexo VIII) (Gallotta, 2022).
Para dimensionar lo que acabamos de describir, si la cocaína se queda en Buenos Aires, esta puede llegar a cotizarse a 5.000 dólares el kilo; ya en España (por poner un ejemplo donde suele llegar la cocaína) ese mismo kilo puede llegar a salir 28.000 dólares (poco más de 26.000 euros). Cada vez que pasa una frontera, se le pueden llegar a agregar 5.000 euros al kilo de cocaína (Gallotta, 2022).
Pensamientos finales
Más allá de que en este informe nos hayamos dedicado a repasar la situación del narcotráfico en torno al cannabis y a la cocaína, se puede entender la gravedad de la cuestión en Latinoamérica.
Hay factores que no pueden ser alterados para mejorar el estado de la situación, como por ejemplo, el hecho de que por cuestiones geográficas y climáticas la hoja de coca solo puede ser plantada en Colombia, Perú y Bolivia. Con lo cual, la región quedará atada a este fenómeno.
De todas formas, hay otros factores que sí pueden ser abordados para gestionar la problemática del narcotráfico en la región. Para comenzar, los diversos Estados – más allá de los Latinoamericanos – que son atravesados por el narcotráfico tienen la potestad (y el deber) de legislar al respecto. A su vez, de forma conjunta, se puede modificar y mejorar la fiscalización en zonas como la Hidrovía.
Desde ya, hay otros factores que también afectan a lo que determinamos anteriormente, como lo puede ser el clientelismo o la corrupción. Claramente, si estos factores persisten, no puede llevarse a cabo, por ejemplo, una efectiva fiscalización de las barcazas en la Hidrovía.
Ante esta realidad, nos queda seguir tratando esta problemática desde los Estados nacionales con políticas públicas de calidad y a largo plazo; además de hacerlo en cooperación con los países vecinos de la región que también son atravesados por el narcotráfico.
Anexos
Anexo I: distribución porcentual de la producción estimada de hoja de coca por zona en 2020
Anexo II: Producción de cocaína en Venezuela
Anexo III: red de tráfico de cocaína desde Bolivia hacia Europa
Anexo IV: ruta nacional de la cocaína
Anexo V: pasos del narcotráfico en el norte argentino
Anexo VI: la ruta del cannabis paraguayo
Anexo VII: el tráfico de drogas en la hidrovía
Anexo VIII: llegada de la cocaína a Europa
Bibliografía
Bureau of International Narcotics and Law Enforcement Affairs. (2017). International Narcotics Control Strategy Report. Vol. I. Drug and Chemical Control.
Cabot, D., & Corbalán, J. (2021, Julio 1). Aguas Blancas. El reino del narcotráfico donde los contrabandistas imponen las reglas. La Nación. https://www.lanacion.com.ar/sociedad/aguas-blancas-el-reino-del-narcotrafico-donde-los-contrabandistas-imponen-las-reglas-nid30062021/
Carneri, S. (2020, Diciembre 17). Cómo Brasil convirtió a Paraguay en el mayor productor de cannabis – El Surtidor. El Surtidor (Paraguay). https://elsurti.com/cronicas-cannabicas/scroll/2020/12/17/como-brasil-convirtio-a-paraguay-en-el-mayor-productor-de-cannabis/
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