Por Milagros Stupiello
En Argentina, desde hace unos años, con el avance de las nuevas tecnologías nació un nuevo conflicto en la ciudadanía respecto a los derechos políticos en el sistema de votación. Frente a esto, existen dos posturas claras, hay quienes dicen que el sistema debería ser electrónico y otros que defienden el viejo método tradicional electoral y creen que debería continuar así.
Es un debate sustancial ya que el principal derecho político es el sufragio y es importante estudiar la manera de efectuarlo en las mejores condiciones para que los ciudadanos expresen su voluntad popular y, la misma sea de forma igualitaria y solemne. Estos sistemas tan divergentes, presentan ventajas y desventajas.
Para empezar, el sistema electrónico resultaría un sistema más rápido en el escrutinio, expedito y sería más práctica la centralización de la votación para el recuento. Además, impide algunas prácticas como el robo de boletas, y permite un trabajo más sencillo para las/os fiscales. Sin embargo, este sistema presenta grandes desventajas que serán desarrolladas en la teoría haciendo hincapié en Argentina y a nivel global.
Cuando se habla del sistema de votación electrónico podemos pensar en primer lugar, que los electores de mayor edad podrían sentirse excluidos por su falta de familiaridad con los sistemas electrónicos. Asimismo, a esto se le suma desventajas como la falta de alfabetización cibernética de la población, la conexión a internet en todos los sectores del país, la pérdida de privacidad de los electores con discapacidad y las dificultades para auditar el sistema y acceder a los códigos o claves de los softwares. Sin embargo, el mayor conflicto que se da, en base a la jurisprudencia mencionada más adelante, es la vulnerabilidad de los sistemas electrónicos a ser hackeados, manipulados y colapsados durante las elecciones. Esto genera consecuencias como vulnerar la faz pasiva del sufragio, que haya manipulación en la manifestación del pueblo en democracia y que no quede demostrada la verdadera voluntad popular. Es así que, este sistema no garantiza el voto secreto ni la seguridad en la transferencia de datos.
La jurisprudencia y experiencia sobre el voto electrónico a nivel internacional y nacional de la cual escriben los medios y textos académicos del extranjero, nos dejan un gran
antecedente en la prueba piloto sobre el voto electrónico. Para empezar, es un gran error imaginar que todos los países del mundo lo utilizan porque la realidad es que sólo son unos pocos lo emplean. Entre ellos están Bélgica, Brasil, Venezuela, India y Estados Unidos. Actualmente, el último país mencionado se enfrenta a un nuevo conflicto en las próximas elecciones del 03/11/2020. En base al contexto de pandemia que estamos viviendo a nivel mundial, el presidente Donald Trump. bajo el fundamento que las votaciones por correo electrónico corren riesgo de fraude electoral, no quiere que se realicen de esa manera. Si bien a veces suele pensarse que es un problema del desarrollo tecnológico de los países, hay que reconocer que esa no es la realidad ya que los países más importantes del mundo lo han implementado y no han resultado eficaces. Por ejemplo, uno de los casos fue el de Alemania. En este país, el sistema de voto electrónico fue declarado inconstitucional por la Corte. En el fallo se aseguró que se viola el respeto del principio de la naturaleza pública de las elecciones, refiriéndose al control que puede ejercer cualquier ciudadano de forma directa, transparente y sin intermediarios. En consecuencia, decidieron recurrir nuevamente a la alta fiabilidad del voto tradicional, con papel, sobre y urna.1 Otro caso testigo es Holanda, el país utilizó el método por un largo plazo hasta que en 2008 hallaron que el sistema ofrece más dudas que certezas, lo cual dió por finalizado ese modo de votar.
En la mayoría de los países democráticos del mundo se intenta proteger el derecho político a sufragar de manera libre y sin vulneración alguna en el proceso de manifestar la voluntad. Es un derecho fundamental para los ciudadanos, garantizando la no coercibilidad del sufragante. Asimismo, existen otros casos como Suecia que ni intentó emplear este sistema porque no lo considera eficaz, o un país como Filipinas que también lo ha dado de baja por fraude. Los problemas con la ciberseguridad preocupan al mundo y la justicia internacional a la hora de expresar nuestra manifestación como electores a través de una máquina.
Si nos enfocamos en el nivel nacional, no hay demasiadas experiencias jurídicas sobre el sistema de votación electrónica. En algunas partes de nuestro país se hacen pruebas pilotos respecto al sistema, para ver cómo funciona y aplicar una eventual reforma a nivel nacional. Tanto Salta como CABA fueron las únicas ciudades que hicieron la prueba sobre este sistema. Sin embargo, en las últimas elecciones a nivel nacional hubo grandes críticas respecto a la carga de datos y las irregularidades del comicio electoral.
En el caso de una futura reforma sobre el sistema electoral se deberían de tener en cuenta los derechos de cada ciudadano a no quedar excluidos de la democracia. Existen zonas de nuestro país en las cuales hablar de elecciones con este avance tecnológico generaría un no cumplimiento del derecho a la igualdad. Esto es así dado que hay sectores que tienen escaso acceso al internet o a las torres que le brindan el servicio a las máquinas contratadas, esto genera que las empresas que realizan este procedimiento electoral no tengan donde conectar el sistema informático. Asimismo, el sistema quedaría a cargo de un grupo pequeño de personas capacitadas y especializadas en softwares, que sólo ellos entenderían. Como consecuencia, un gran sector de nuestro país quedaría en desventaja ante esta futura reforma que, como vemos en el recorrido de las diferentes experiencias, el desarrollo del país de “primer, segundo, o tercer mundo” a nivel tecnológico no está ligado directamente a aplicar incondicionalmente al sistema electoral el voto electrónico.
Para cerrar esta reflexión considero a el proceso del voto electrónico es mucho menos transparente, especialmente para las personas que no saben de tecnología. Es preciso tener conocimientos avanzados de criptografía para que los votantes puedan probar que su voto fue tenido en cuenta en los resultados electorales de manera correcta, y que todos esos votos fueron contados como corresponde. Solo un puñado de especialistas podrán saber esto, mientras que el resto de la población tendrá que confiar en un sistema que no conocen ni comprenden”.2
1 CORTE CONSTITUCIONAL FEDERAL ALEMANA. Fallo de la Corte Constitucional Alemana1 -2 BvC 3/07, 2 BvC 4/07- Axiomas de la sentencia del Segundo Senado del 3 de marzo de 2009.
2 BBC Mundo. Noticias Internacionales [en línea] © 2020. Disponible en: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-53017736