Por Milagros Aylén Cosentino
La pandemia del COVID- 19 ha producido un gran impacto a nivel mundial, afectando principalmente la salud pero también ha provocado una crisis económica que en todas partes del mundo requirió que los Estados Nacionales pongan en marcha políticas económicas y sociales para amortiguar sus efectos.
Uno de los sectores más lastimados por la pandemia en el mundo y especialmente en Latinoamérica fueron las PYME, que por su importancia a nivel productivo de desarrollo local y de creación de empleo, los Estados Nacionales decidieron tomar una serie de medidas que pueden ser divididas en cuatro áreas específicas: Liquidez, empleo, apoyo a la producción y financiamiento. La pandemia generó cambios importantes en las políticas de apoyo a las y pymes de América Latina.
El estado de las PYME en Latinoamérica son un factor muy importante para el desarrollo económico de la región y sobretodo un aspecto fundamental para los bloques económicos ya que son la fuente principal de generación de empleo, agentes importantes del cambio tecnológico que generan condiciones propicias para el desarrollo productivo a nivel regional. Por esta razón es indispensable que en el marco de la integración regional, los países que integran el Mercosur compartan una visión autocentrada del desarrollo, protegiendo a las pequeñas y medianas empresas.
Comenzaré mi trabajo explicando, a modo de introducción, la importancia que tiene la integración regional en bloques económicos y cómo las PYME son el elemento fundamental para que éstos bloques económicos regionales logren desarrollarse.
Tanto la experiencia histórica del Mercosur como de la Unión Europea sirven para explicar a grandes rasgos como se logra la integración en bloques regionales. Éste tipo de estrategia de integración regional corresponde al tipo de apertura regionalista, donde se acuerda la apertura regional entre varios países geográficamente vecinos. En este tipo de acuerdos la quita o reducción de barreras arancelarias o no arancelarias se dispone exclusivamente entre los socios comerciales que integran el bloque.
La integración regional tiene distintos grados y etapas, entre ellos se distinguen el acuerdo de una zona de libre comercio, la conformación de una unión aduanera, la creación de un mercado común, la unión económica y por último la unión monetaria (éste último corresponde a la Unión Europea) . La experiencia histórica del Mercosur en este aspecto ocurre en principio entre Argentina y Brasil, en el marco de un acuerdo comercial de integración Bilateral donde como primera etapa deciden plantear un plazo máximo de diez años para la remoción gradual de las barreras arancelarias y no arancelarias, entre ambos, al comercio de bienes y servicios, la armonización de políticas aduaneras, comerciales y de ciencia y tecnología, la coordinación de políticas macroeconómicas tanto fiscales, monetarias y de capitales. Luego hacia 1991 se incorporan Paraguay y Uruguay gracias a El Tratado de Asunción donde establecen los grados de integración, logrando al año siguiente la unión aduanera. (Carrera,2005) (Ferrer, 1998)
Un aspecto fundamental que tomó el Mercosur fue que cualquier asociación con otros espacios económicos o países se negocia como bloque y no de manera bilateral por cada país. Ésta decisión es sumamente relevante y tiene incidencia directa con desarrollo de las PYMES a nivel nacional como regional, como demuestra la experiencia de los TCL ( Tratados de libre comercio) acordados entre Estados Unidos y dos países miembros de la Comunidad Andina (CAN) , Perú y Colombia. El proceso desembocó en una competencia entre los dos países en lograr firmar primero el acuerdo. En esta competencia, la Comunidad Andina se rompió y el tratado que pretendía ser multilateral entre los socios andinos y Estados Unidos, ha adquirido un carácter bilateral. (Vázquez, 2007)
Éste tipo de acuerdo “Norte-Sur” o “Centro- Periferia” provocan el retroceso industrial en los países periféricos, Mientras que en el centro es concentrado y desarrollado el avance tecnológico, en la periferia no hay una alta innovación tecnológica ni una fuerte capacidad productiva. Los tratados de Libre Comercio de este tipo perjudican a las PYME porque quienes se benefician de los bienes de capital y tecnología que ingresarán libres de impuestos, en este caso, de Estados Unidos serán las empresas grandes debido a que los aranceles de estos rubros son muy altos. Además, las PYME tienen grandes dificultades para acceder al crédito y no tienen los canales adecuados para superar las barreras burocráticas y los requisitos legales para participar en el mercado norteamericano, por esto no solo a nivel local las PYME pierden con las grandes empresas y productos norteamericanos, tampoco logran mayores exportaciones. Las PYME tienen mayor incidencia en el mercado local y son quienes más generan empleo.
La experiencia de los países del CAN se compara con el fracasado intento de Estados Unidos en conformar una gran zona de libre comercio “ALCA” donde en La Cumbre de las Américas celebrada el año 2005 en Mar Del Plata los países del Mercosur y Venezuela, entre otros se negaron a permitir acuerdos bilaterales de sus países y de ésta manera privilegiar el comercio regional.
El fortalecimiento de los tejidos productivos y sociales de los países miembros de los bloques de integración regional es fundamental. El mercado tiende a procesos de concentración de capital y del poder económico y esta situación afecta de forma directa al deterioro de las PYME, que son la fuente principal de generación de empleo, los agentes importantes de cambio tecnológico, que inciden en la capacidad competitiva y en el aumento de la productividad. La nuevas tendencias de la tecnología generan condiciones propicias para el desarrollo de las PYME y las mismas deben ser reformadas por marcos regulatorios y reglas de juego que no privilegien a la concentración y gigantismo, por eso deben crearse políticas que promuevan el acceso de las pequeñas y medianas empresas a los conocimientos de las tecnologías y avances en la comunidad científica que aporten y creen las condiciones necesarias para un desarrollo a nivel regional que con los tratados de Libre comercio entre países Centro- Periferia quedan relegados. Por eso una zona preferencial implica una reserva de mercado para crear comercio y oportunidades de inversión para los agentes económicos que operen dentro del espacio compartido y para la atracción de inversiones extrazona.
Expuesta la relación directa que tienen las PYME en el desarrollo económico de los bloques de integración regional a nivel local, es relevante el análisis de las políticas económicas tomas por los Estados Latinoamericanos para amortiguar los efectos de la crisis económica del coronavir[1]us.
Los Estados Nacionales decidieron tomar una serie de medidas que pueden ser divididas en cuatro áreas específicas: Liquidez, empleo, apoyo a la producción y financiamiento
Las políticas de Liquidez comprenden principalmente la postergación de pagos tanto para servicios básicos, como para las cargas tributarias, contribuciones patronales y obligaciones crediticias con bancos públicos y privados. Son una respuesta de corto plazo que se extendieron para aliviar la difícil situación económica que estaban viviendo las pymes por efecto de la emergencia sanitaria. Se puede destacar en este campo el plan de moratoria de Argentina, que promueve la regularización de deudas de las pymes, incluyendo la condonación de multas y sanciones por obligaciones vencidas, el establecimiento de condiciones excepcionales para el trámite de deudas del sistema impositivo de las pymes en Brasil. En el ámbito de los aportes patronales, se otorgaron reducciones temporales (Argentina y Costa Rica), facilidades de pago (Ecuador) y países como Argentina y Colombia se enfocaron también en el congelamiento de alquileres y la suspensión de desalojo para aliviar los costos de arrendamiento de inmuebles, tanto por aquellos con destino habitacional, como por los de uso comercial.
Con respecto al empleo se tomaron medidas con el objetivo de mitigar los efectos de la caída de la actividad económica, se han tomado medidas de aportes por parte del Estado para pagar parte de los salarios y los ajustes en las jornadas laborales. Se han hecho aportes directos a los sectores más vulnerables incluyendo a los trabajadores informales, microempresarios individuales y pequeños contribuyentes. En este sentido, se puede resaltar la ayuda de emergencia de Brasil y el Ingreso Familiar de Emergencia de Argentina. En Argentina, por otra parte, se estableció la prohibición de despedidos y suspensiones, inicialmente por una duración de 60 días y finalmente extendida a todo el año 2021.
El apoyo a la producción fueron destinadas principalmente para mantener la capacidad operativa de las pymes, entre ellos la aplicación de protocolos de bioseguridad para reactivar la actividad presencial productiva, la necesidad de abordar la informalidad como uno de los mayores desafíos de la pandemia en varios países como Argentina se destacaron a los sistemas de registro de las pymes como un instrumento para estimular el acceso a las medidas de apoyo para enfrentar la crisis, el Registro Mipyme permite aplicar a beneficios impositivos permanentes, paso muy importante para el desarrollo y la protección de las mismas y, en el marco de la pandemia, constituyó también el medio de acceso a líneas de crédito preferenciales y a programas de asistencia que pasó de 530.000 registrados en 2019 a 1.400.000 en 2020.
La crisis del COVID-19 evidentemente aceleró el proceso de digitalización debido a los confinamientos, en el caso de Brasil, SEBRAE realizó cambios en los modelos de acompañamiento asistido, reformulando instrumentos y creando nuevas formas de responder a las necesidades empresariales a través de mentorías. La mayoría de los países señalaron el uso de plataformas digitales para promover el comercio local, El uso de estas plataformas facilitó la inserción de las pymes en el mercado durante la pandemia.
En el caso de Argentina, se creó el programa de Apoyo al Sistema Productivo Nacional, con el fin de asistir a pymes, industrias, emprendedores e instituciones públicas en el desarrollo de proyectos dirigidos a la generación de insumos médicos y equipos hospitalarios. se aprobaron 139 proyectos que recibieron aportes no reembolsables a través del respaldo financiero del Fondo Nacional de Desarrollo Productivo (FONDEP) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
En lo que refiere al financiamiento, los Estados hicieron un despliegue de líneas especiales de crédito que estuvieron acompañadas de una importante inyección de recursos para ampliar la tasa de cobertura de las garantías públicas.
Las iniciativas orientadas a estimular la adopción de nuevas tecnologías o a modalidades de organización de la producción han contado, en general, con recursos muy acotados. La única excepción en este panorama ha sido la Secretaría de la Mipyme del Ministerio de Desarrollo Productivo de Argentina que en 2020 superó los 920 millones de dólares, frente de un presupuesto que en los años anteriores bordeaba los 40 millones de dólares.
En tanto bloque son muy distintas las implicancias del regionalismo, más allá de las políticas adoptadas por cada país a su interior, la crisis del Covid precipitó las fortalezas y debilidades del proceso de integración, La falta de liderazgo de Brasil y la relación conflictiva con Argentina, perjudica el desarrollo a nivel regional, por más que todos los países decidieron tomar medidas para proteger las PYMES y el empleo, la abrupta caída del comercio intrazona, con una baja del 24,6% en relación con el 13% del 2019, siguiendo una preocupante tendencia a la baja según datos del Banco Interamericano de Desarrollo.
Esta situación puede ser comparada con la Unión Europea ya que con el liderazgo de Merkel como cabeza del bloque se presentó el “Next Generation EU”, un plan de 750 mil millones de euros para estimular la recuperación económica, se trató de un plan de recuperación con 390 mil millones en subsidios y 360 mil millones en créditos. La actitud de Merkel en apoyo a las políticas de asistencia en los países más golpeados por la pandemia, terminó siendo un giro importante en su política exterior y resulta un claro contraste respecto a Brasil, que tomo una postura caracterizada por el aumento de la conflictividad con sus socios del Mercosur. (Perfil, 2020)
Por eso es evidente que para un buen desarrollo regional, no solo es necesaria la adopción de políticas dentro del Estado Nacional, sino compartir una perspectiva sobre la naturaleza del desarrollo nacional y regional, coordinar entre los gobiernos una estrategia común y no actuar tendiendo a aislacionismos que perjudican a los países en vías de desarrollo.
Las agendas de los países mantendrán inevitables diferencias, pero hay aspectos comunes que valen la pena destacar porque pueden ser terrenos para generar una más intensa y sostenida colaboración basada en el intercambio y asistencia recíproca, como el apoyo a la incorporación de tecnologías digitales, los estímulos para la formalización de las empresas, los protocolos de bioseguridad.
Referencias
Carrera, Jorge. (2005). El dilema Mercosur I. Buenos Aires. Argentina. Editorial: Capital intelectual.
Dalila Núñez Fernández. (22 de diciembre 2020). El dilema del Mercosur en tiempos de pandemia. Perfil. https://www.perfil.com/noticias/opinion/el-dilema-del-mercosur-en-tiempos-de-pandemia.phtml
Ferrer, Aldo. (1998). La relación Argentina- Brasil y la construcción del Mercosur. Buenos Aires. Argentina. Editorial: Fondo de Cultura Económico
Vázquez, Marina. (2007). Integración Regional y MERCOSUR. Buenos Aires. Argentina. Revista Argentina de Economía y Ciencias Sociales
Zurita, Dini. (2021). Análisis de las políticas de apoyo para enfrentar la pandemia de COVID-19 en América Latina. (Archivo PDF). https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/46743/1/S2100104_es.pdf
[1] Análisis delas políticas de apoyo a las pymes para enfrentar la pandemia de COVID-19 en América Latina, Zurita Dini, CEPAL.